5 de febrero de 2013

Oiga, esto me resulta familiar...

Pues sí, mire. Es normal, y tiene motivos más que justificados. El diseño es un copia-pega descarado de este otro lugar. Si le parece mal, informe usted al autor de aquel sitio, y a Google, y a su mamá, que estoy seguro que alguno de los tres le hará un buen ColaCao para que duerma a gustico y, sobre todo, feliz consigo mismo y con el mundo que le rodea.

Que puestos a tener dos blogs, qué mejor tenerlos como dos alter egos con una apariencia física idéntica, ¿no? Es una perfecta alegoría de la vida misma: la gente te ve y te percibe de un vistazo de manera uniforme todos los días, pero es cuando se adentra a conocerte cuando encuentra los detalles.

De hecho, he pensado en hacer todo muy incómodo para el visitante, y meter una pequeña errata intencionada en el enlace. Que la gente tenga que elegir entre blog y bolg para leer entre un tipo u otro de gilipolleces está bien, ¿no? Quiero decir, no sé si será el summum de la creatividad, pero es mi pequeña forma de incomodar un poco a la gente, que es algo que me gusta mucho a pesar de que pueda ser contraproducente contra uno mismo. Disfrutar del absurdo, de molestar, y de escribir etarras en el texto o en los enlaces.

Por lo demás, pues le he dado un subtítulo, que es algo que queda como muy de autodefinir este espacio web pero sin que realmente diga nada. Y como presuponiendo una jerarquía intelectual entre el blog y el bolg. ¡Como si las idas de cabeza puntuales valieran menos que las reflexiones profundas de varias horas!

Vuelvo aquí, a poder dar hueco a la mierda que, por error, escupo por la boca en vez de por el ano. A ver si vosotros la encontráis más digestiva que yo.

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